sábado, 19 de junio de 2010

¿Cuántas preguntas tiene un gato? ¿Poesía?



¿Cuántas preguntas tiene un gato?

El gato responde: ¿y para qué pregunto yo?
No necesito pasarla de gato preguntón;
a mí me interesa otra cosa, ¡y esa es mi vocación!
Yo Ronroneo de placer cuando estoy en su sillón
y me refriego en su pierna
para que me de la comida en mi tazón.

Es mi amo él que pregunta; ¡ni modo! nunca soy yo.
Es él el que siempre dice ¿y a mí por qué se me ocurrió
traer este gato tan conchudo y tan tragón?
Se la pasa durmiendo, todo el día el muy zumbón
y yo dándole comida, haciéndome el refunfuñón,
sirviéndole como a un rey, que en eso se convirtió.

¡Mejor sacarlo rápido de un solo tirón!
Y ahora sí pregunta el gato:
¿sacarme de un tirón, y qué diablos hice yo?
Y el amo le contestó: —su comodidad me agobia,
¡despacharlo quisiera yo!
El gato pensó: —en aprietos estoy;
mejor me refriego en su pierna,
doy una vuelta en su sillón,
y lo miro con mis ojos brillantes de compasión.

Y hecho fue, mi amo se conmovió mirándome la expresión y en su sillón me dejó.

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