domingo, 12 de diciembre de 2010

MINICUENTO-NOCTURNO

“—Hace tanto tiempo —me dijo al oído, jadeante todavía, y se acodó a mi lado, desnuda como el viento.// Sombras sobre sombras; una línea de Luz en las caderas. Sus ojos brillaban en secreto. Comencé a besarle las axilas; bajé a mordiscos por el perfil de luna; me detuve en las corvas; la escuché suspirar.// —Sígueme soñando —le supliqué—. No vayas a despertar” (Felipe Garrido).

No hay comentarios:

Publicar un comentario