sábado, 22 de junio de 2013

Aroma a felicidad

Aroma a felicidad                                                                                                                        Mariposa




Su mujer lo sorprendió con los ojos entornados, aspirando profundamente el olor  de sus manos. Hacia varios meses se comportaba de una manera extraña: miradas y respuestas evasivas y ahora ese extraño gesto. Todo, todo lo delataba.

 Él le confesó que hacía un mes se había despedido para siempre de ella y ya no se volverían a ver. Pero ese aroma de tibio líquido ambarino, como el más fino perfume, estaba impregnado en sus manos. 


Recordó nuevamente esa noche, el cálido trayecto de sus dedos hacia su pequeño tesoro y, una vez allanado, ella como un  manantial, completamente húmeda y feliz.  Definitivamente, ese aroma a madera olorosa, a agua salada de mar, se había quedado en su centro, en su profundidad. Entonces supo que ella nunca se había ido y que había llegado el difícil momento de la partida.





Recuerdos de la abuela-Mariposa

Recuerdos de abuela
Mariposa

 Cuando llegué a la casa, encontré a la abuelita, con todas sus nobles arrugas sentada en su mecedora,  asoleándose en el jardín. Le pregunté por Mauricio; me contestó que aún no había llegado y me invitó a esperarlo en su compañía  Allí estábamos cuando vimos  un gato caminando majestuosamente sobre el muro, algo le comenté sobre el gato y ella  se acordó inmediatamente de una historia que le había pasado hace años, cuando vivía aun en el campo y me la relató:

viernes, 21 de junio de 2013

PARA CAZAR INSECTOS Y ADEREZARLOS-MAROSA DI GIORGIO

Para cazar insectos y aderezarlos...




Para cazar insectos y aderezarlos, mi abuela era especial.

Les mantenía la vida por mayor deleite y mayor asombro de los clientes o convidados.

A la noche, íbamos a las mesitas del jardín con platitos y saleros.

En torno, estaban los rosales; las rosas únicas, inmóviles y nevadas.

Se oía el run run de los insectos, debidamente atados y mareados.

Los clientes llegaban como escondiéndose.

Algunos pedían luciérnagas, que era lo más caro. Aquellas luces. Otros, mariposas gruesas, color crema, con una hoja de menta y un minúsculo caracolillo.

Y recuerdo cuando servimos a aquella gran mariposa negra, que parecía de terciopelo, que parecía una mujer.


me vino un deseo misterioso de ser fruta


Poema en audio: Me vino un deseo misterioso de ver fruta... de Marosa Di Giorgio por Marosa Di Giorgio">r
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Un arte- Elizabeth Bishop (1911-1979)


Un arte

El arte de perder se domina fácilmente;
tantas cosas parecen decididas a extraviarse
que su pérdida no es ningún desastre.
Pierde algo cada día. Acepta la angustia
de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano.
El arte de perder se domina fácilmente.
Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido:
lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar.
Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre.
Perdí el reloj de mi madre. Y mira, se me fue
la última o la penúltima de mis tres casas amadas.
El arte de perder se domina fácilmente.
Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades. Y aun más:
algunos reinos que tenía, dos ríos, un continente.
Los extraño, pero no fue un desastre.
Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto
que amo) no habré mentido. Es indudable
que el arte de perder se domina fácilmente,
así parezca (¡escríbelo!) un desastre.

Los cuentos perdurables-Cortazar


Todo cuento perdurable es como la semilla donde está durmiendo el árbol gigantesco. Ese árbol crecerá entre nosotros, dará su sombra en nuestra memoria.

Polvo de mariposas : mi nuevo blogg de microrrelatos

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