¿Para que escribe uno si no es para juntar sus pedazos?
lunes, 15 de agosto de 2011
Alberto Ruy-Sánchez Los jardines secretos de Mogador
Vengo movido por mi sangre.
Por su música.
Vengo orientado por mi lengua.
Por su sed.
Todos los días me visto de vientos,
de mareas, de lunas.
Y aquí, cuando me escuchan,
de todo eso me desvisto.
Soy tan sólo el aire de lo que cuento.
Una voz sonámbula.
Una voz que busca trastornada
la intimidad de la tierra.
Por su música.
Vengo orientado por mi lengua.
Por su sed.
Todos los días me visto de vientos,
de mareas, de lunas.
Y aquí, cuando me escuchan,
de todo eso me desvisto.
Soy tan sólo el aire de lo que cuento.
Una voz sonámbula.
Una voz que busca trastornada
la intimidad de la tierra.
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