sábado, 26 de junio de 2010

POESÍA


FIN DE SIGLO
José Emilio Pacheco

La sangre derramada clama venganza.
y la venganza no puede engendrar
sino más sangre derramada. ¿Quién soy:
el guarda de mi hermano o aquel a quien adiestran
para aceptar la muerte de los demás,
no la propia muerte?
¿A nombre de qué puedo condenar a muerte
a otros por lo que son o piensan o creen?
Pero ¿cómo dejar impunes
La tortura o el genocidio o el matar de hambre?
No quiero nada para mí, sólo anhelo
lo posible imposible: un mundo sin víctimas.

viernes, 25 de junio de 2010

CALIGRAMA: Raices

POESÍA

UN ASESINO DA LA MANO A OTRO

Un asesino le da premios a otro asesino
Levantan juntos el monumento a la ignominia
Sobre miles de cadáveres de personas destrozadas
Y de los huérfanos que un segundo antes han dejado.

Se dan la mano, se ríen
No están de acuerdo
Desconfían uno del otro
Pero como todos los asesinos saben hacer tratos
Están comprometidos,
Se reparten el botín.

Un asesino le da premios a otro asesino
Y juntos defienden la bandera de la paz
Mientras poco a poco van eliminando a sus vecinos
Y ampliando su geografía personal.

Un asesino le da premios a otro asesino
Premian también a los que ayudaron
A pacificar la patria
Mientras la prensa cuenta
Que entre sus confesiones el pacificador dijo
Que los ríos de la patria
Están coloreados de rojo sangre.

Lo declaran héroe nacional
Lo aplauden y le dan medallitas
Y le agradecen por la paz nacional

POESÍA

UN ASESINO DA LA MANO A OTRO
Patricia Jiménez

Un asesino le da premios a otro asesino
Levantan juntos el monumento a la ignominia
Sobre miles de cadáveres de personas destrozadas
Y de los huérfanos que un segundo antes han dejado.

Se dan la mano, se ríen
No están de acuerdo
Desconfían uno del otro
Pero como todos los asesinos saben hacer tratos
Están comprometidos,
Se reparten el botín.

Un asesino le da premios a otro asesino
Y juntos defienden la bandera de la paz
Mientras poco a poco van eliminando a sus vecinos
Y ampliando su geografía personal.

Un asesino le da premios a otro asesino
Premian también a los que ayudaron
A pacificar la patria
Mientras la prensa cuenta
Que entre sus confesiones el pacificador dijo
Que los ríos de la patria
Están coloreados de rojo sangre.

Lo declaran héroe nacional
Lo aplauden y le dan medallitas
Y le agradecen por la paz nacional

jueves, 24 de junio de 2010

Así es...

ES IGUAL


Augusto Monterroso



Mandarlo todo al diablo, volverse cínico o afirmarse como cínico o escéptico, renegar de la Humanidad, proponer que los caballos son mejores que los hombres: Por supuesto, después de Swift uno no sería el primero en afirmar esto último; pero se necesita demasiado talento para hacerlo sin convertirse en un mero resentido. Por otra parte, los problemas del escritor no son siempre, como a veces se quiere pensar, de desarrollo o subdesarrollo del país en que uno vive, de riqueza o pobreza. En países pobres o ricos, ¿en qué condiciones escribieron sus obras Dostoievski, Vallejo, Laxness, Quiroga, Thomas, Neruda, Joyce, Bloy, Arlt, Martí?

No es cuento: la escritora

LA ESCRITORA
Patricia Jiménez

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo
A. Pizarnick


Está sentada frente a la ventana. Escribe un cuento, sabe que debe terminarlo pronto. Lo llamará: la confesión de María. Escribe:
María, aterrada, le ha dado la noticia: ¡Tu esposo desapareció!
Entonces levanta la vista del teclado y se encuentra con un fondo de nubes azules, atravesado por las ramas de un cerezo; vuelve al portátil y continúa escribiendo:
- No te preocupes –le contesta a María. Todos los miércoles él iba a la finca.
Intuye lo que verá si mira hacia debajo de su ventana y siente miedo. Quisiera no tener miedo, pero sabe que la están esperando. Levanta de nuevo la vista y ahora ve pasar una mirla que se posa sobre la rama del cerezo. Vuelve nuevamente a su escrito (...):
- No es así,-le confiesa María, angustiada y suplicante. El ha desaparecido. Todos los miércoles se quedaba conmigo y ayer no llegó.
Continúa debatiéndose con las palabras, desgarrándose en cada intento. Ahora la nubes están grises, lleva muchas horas de trabajo y al fin se siente satisfecha. Por fin logró darle un final apropiado, siente que tiene fuerza y enjundia. Aspira profundo una bocanada de aire como si fuera la última. Abandona el teclado e imprime su escrito. Se dirige a la calle. Tiene miedo y salta los cuadritos del mosaico de la acera, uno de por medio; juega a apurarle porque el miedo viene detrás. Camina presurosa, mientras siente unos pasos detrás. Entrega el cuento a su editor, y sale a la avenida. Camina, casi corre, y de pronto siente de nuevo ese miedo que quema, mientras cuatro manos la agarran y ahogan su grito.
Patricia Jiménez D

¿MINICUENTO?






ENSUEÑO
Patricia Jiménez D.

Desperté muy temprano en la mañana con una extraña sensación de melancolía, monte en la cicla y me dirigí por la vía de Los Lagos hacia el río Yahuarcaca. El día estaba brumoso y frío. Llegué hasta la orilla, tomé una canoa y avancé entre la niebla; no se veía más allá de un metro. Atravesé las raíces retorcidas de los renacos hasta alcanzar la laguna. Entonces lo sentí, como si estuviese cerca, lo busqué entre las formas humanas del renaco, sentí que él también me buscaba. Lo llamé una y otra vez con desesperación, pero no me contestó. Me sentí desolada.
Más tarde me despertó el timbre del teléfono:
-Al fin llegué, me muero por verte. Estoy en el aeropuerto. Tengo que contarte lo que soné en el avión:

Llegué hasta la orilla del río. La bruma me impedía ver más allá de un metro. Busqué una canoa y me dirigí por el río hacia la laguna. Una fuerza misteriosa me impulsaba hacia allá. No sé porque, pero sabía que estabas allí. Te llamé varias veces pero no obtuve respuesta. Después, ya no te sentí más y desperté.

Cuando abrí los ojos, el avión estaba aterrizando. Me bajé y corrí a llamarte.

Mini en Vendabalcuentos

Gracias al Vendabal. En pag 16, edición 21 dos mic mios. Aqui ire subiendo todos mis minicuentos.
http://www.australvaldivia.cl/prontus4_nots/site/extra/pdp/pdp.html