La venganza de los ratones
El mundo será algún día de las ratas
Ustedes robarán en nuestras bodegas,
Vivirán perseguidos en las cloacas
José E. Pacheco
Miauuuuuuu…maulló el presidente de los gatos sacudiendo la cabeza para abrir su discurso sentando un precedente. Estaba recién llegado a ratolandia y sus admiradores lo esperaron congregados en la plaza. El auditorio despertó, presto a aplaudir cualquier cosa que dijera, - al fin y al cabo era el presidente de gatolandia-. El presidente se erizó, gruñó y rasguñó, de sólo pensar en los ratones que tanto le estorbaban sus planes expansionistas; aseguró que habría más ayuda para limpiar ratolandia de tanto ratón desobediente y que estaba dispuesto a convertirla en su mejor aliada. Y para finalizar el discurso le dijo a su homólogo, el presidente de gatolandia:
— Te condecoro por gato. ¡Limpiaste el país de tanto ratón!
Los gatos de la plaza, satisfechas con los méritos de su presidente, aplaudieron emocionadas. Este, limpiándose los largos bigotes mientras calculaba emocionado el beneficio personal, inclinó levemente su cabeza, mirándolos complacido.
Mientras tanto, en las alcantarillas de ratolandia, el ratón líder, a buen resguardo en su madriguera, calculó la progresión geométrica:
- Aún hay suficiente basura para tantos ratoncitos que van a nacer; en unos años saldremos todos al mismo tiempo y comeremos gato.
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