El arcoíris no se iba de su cara. La tarde transcurría, gozosa, entre las fotos del viaje.
El arcoíris mapea su cuerpo, curva la hinchazón sobre el ojo. Recostada, mira el álbum, descree de las fotos. Ahora sabe que mienten; pasaron dos años.
MARIÁNGELES ABELLI BONARDI
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