martes, 24 de mayo de 2022

A violeta la gris que un día se fue de paseo por los tejados y no regresó Pregunta al gato ¿Cuántas preguntas tiene un gato? Interroga Neruda y el gato responde: ¿y para qué pregunto yo? No necesito pasarla de gato preguntón; a mí me interesa otra cosa, ¡y esa es mi vocación! Yo Ronroneo de placer cuando estoy en su sillón y me refriego en su pierna para que me de la comida en mi tazón. Es mi amo él que pregunta; ¡ni modo! nunca soy yo. Es él el que siempre dice ¿y a mí por qué se me ocurrió traer este gato tan conchudo y tan tragón? Se la pasa durmiendo, todo el día el muy zumbón y yo dándole comida, haciéndome el refunfuñón, sirviéndole como a un rey, que en eso se convirtió. ¡Mejor sacarlo rápido de un solo tirón! Y ahora sí pregunta el gato: ¿sacarme de un tirón, y qué diablos hice yo? Y el amo le contestó: —su comodidad me agobia, ¡despacharlo quisiera yo! El gato pensó: —en aprietos estoy; mejor me refriego en su pierna, doy una vuelta en su sillón, y lo miro con mis ojos brillantes de compasión. Y hecho fue Mi amo se conmovió mirándome la expresión Y en su sillón me dejó.

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